La ósmosis inversa es una técnica innovadora de purificación de agua que en los últimos años está teniendo una gran aceptación en todo tipo de ámbitos: aplicación industrial, regadíos y uso en oficinas y hogares. Los motivos de su éxito es muy sencillo: se consigue agua de gran calidad, apta para el consumo y otros usos y de un estupendo sabor. En este excelente proceso para el tratamiento de agua juega un papel fundamental la membrana de ósmosis. El agua se hace pasar por una batería de filtros y una membrana semipermeable con el fin de filtrar contaminantes como: metales pesados, exceso de sales, microorganismos, sustancias tóxicas, etc. El resultado final del proceso es la obtención, como hemos comentado, de agua de gran calidad y de un sabor similar a la embotellada. El funcionamiento de la ósmosis inversa es muy sencillo y está basado en el equilibrio que se produce cuando dos líquidos con distinta concentración salina están separados por una membrana semipermeable. En estas condiciones, se establece una presión, llamada presión osmótica, que provoca que el agua pura del lado con menos concentración pase al que tiene más hasta que las concentraciones se igualan.
Haz click y descarga el ebook gratis «Agua, Bienestar y Salud»
Si se aplica un sistema inverso, es decir, un sistema de presión superior a la osmótica y de sentido contrario, es el agua pura de mayor concentración la que pasa al lado contrario, dando como resultado un agua de gran calidad tanto para consumo humano, riego y usos industriales.
Los sistemas de ósmosis son cada vez son más usados tanto a nivel doméstico como por las empresas por las siguientes ventajas: